Cantos de sirena, o qué hay detrás de los recubrimientos comestibles
La utilización de los llamados recubrimientos comestibles en los tratamientos para la conservación de frutas, esta en auge, y tiende a ir a más. Desde estas líneas queremos contribuir a dar luz sobre este tipo de practicas en postcosecha de frutas.
La expresión “Cantos de sirena” se suele utilizar para señalar un discurso o un eslogan agradable a los oídos de quien lo escucha, pero que tras él se esconde algún engaño, o al menos una seducción. En este mismo sentido, la expresión “no dejarse seducir por cantos de sirena” obedece a una advertencia sobre el peligro que puede suponer el dejarse seducir con engaños o falsas promesas.
En los últimos tiempos, a finales de 2019, durante todo 2020 y con mayor énfasis en 2021, vemos proliferar en el mercado de los tratamientos para frutas y hortalizas toda una serie de marcas y/o empresas que ofrecen diferentes tipos de recubrimientos comestibles basados, según se publicita, en productos naturales, principalmente del tipo de los polisacáridos y otros como aceites esenciales, por ejemplo.
En general, las empresas publicitan estos productos como formulados con recubrimientos comestibles, haciendo especial énfasis en su utilización como una segunda piel de las frutas. Esta segunda piel es una barrera que permite el intercambio de gases de la fruta en la atmosfera, procedentes básicamente de la maduración de la propia fruta, pero no dejando pasar las moléculas de agua (humedad). Esto tiene como efecto beneficioso el que actúen contra la perdida de peso, y como barrera de protección contra agentes externos de la fruta, principalmente patógenos, y de la aplicación de frio para la conservación, de nefastas consecuencias.
Si bien lo anterior es cierto, como así lo indican diferentes fabricantes y/o vendedores de estos productos, no es menos cierto que, salvo una empresa muy conocida en el sector por su trayectoria desde hace mas de 30 años, nadie se atreve a dar valores que sostengan lo que publicitan.
Incluso existe una empresa recién llegada al mercado desde EEUU que sí que aporta valores pero, “sensu contrario”, los valores que publicitan pueden llevar a pensar que han descubierto “la piedra filosofal” que buscaban los alquimistas, ya que publicitan un alargamiento de la vida de la fruta tal que se hace imposible de comprobar.
Podemos dar en estas circunstancias todas estas informaciones como buenas. Todos dicen su verdad, si bien posiblemente todos excepto uno, callan la realidad; eso sí, casi todos dicen que de una forma u otra han sido los primeros en descubrir estos recubrimientos cuando, obviamente, esta afirmación solo puede ser válida para uno de ellos.
Los recubrimientos ya se utilizaban en la Edad Media e incluso antes, recubriendo con ceras las frutas para que se mantuvieran comestibles mas tiempo. En la época actual, existe una empresa que lleva trabajando desde hace mas de 30 años en este tipo de recubrimientos; tanto es así que llamo a su producto especifico SANI RC (RC de recubrimiento comestible), y sin embargo no ha publicitado ser el primero; a veces no es necesario decir lo obvio. Esto se puede comprobar simplemente analizando las fechas de los diferentes anuncios de cada competidor del mercado, si bien en realidad no tiene ninguna relevancia salvo la del propio orgullo.
Una vez dada la información anterior, nos encontramos, al menos, con 2 “cantos de sirena”:
- Alargamos la vida de las frutas (dicen)
- Somos respetuosos con el medio ambiente (dicen)
Analicemos ahora estas afirmaciones para tratar de decidir si realmente nos encontramos ante “cantos de sirenas”:
Canto de sirena nº 1: “Alargamos la vida de las frutas”
Seguramente la afirmación sea cierta, pero siempre que se cumplan una serie de postulados, a saber;
- Que la fruta no presente patologías o daños antes de la aplicación del recubrimiento comestible (RC).
- Que la fruta haya sido tratada contra los agentes patógenos que actúan sobre su deterioro; hongos, bacterias, virus, golpes, etc.
En efecto, si la fruta en cuestión presenta patologías anteriores a la aplicación de los recubrimientos tendrá, con toda probabilidad, una vida corta a pesar de la aplicación del recubrimiento, ya que estos no actúan frente a los hongos y otras patologías; pero, en efecto, es cierto que durará mas que si no se recubriera, si bien tampoco daría una elevada vida comercial.
Canto de sirena nº 2: “Somos respetuosos con el medio ambiente”
Se trata de otro claro “canto de sirena” ya que en efecto serán respetuosos con el medio ambiente, pero solo si el tratamiento total de la fruta se realice con fungicidas, fungistáticos u otros basados en productos naturales ya que, de no ser así, la afirmación supone una contradicción implícita.
Del mismo modo, no se puede ser respetuoso con el medio ambiente si el efecto de “solo” el recubrimiento comestible, sin otros tratamientos que eviten la podredumbre, hará que las frutas no alcancen una vida útil razonable, lo que redundará en desperdicio alimentario, totalmente en contra con los postulados de respeto medioambiental.
Con lo anterior podemos ver que el verdadero “canto de sirena” es la afirmación con verdades parciales, tal como se ha explicado, puesto que la verdadera eficacia de incremento de la vida útil de la fruta solo se dará si va acompañada de los inhibidores de las agentes patógenos que la deterioran inevitablemente.
Escuchamos propuestas agradables, que pueden ser seductoras, pero que esconden verdades a medias, por tanto,
“no hagamos caso de cantos de sirenas”
… o al menos seamos conscientes de la realidad que esconden.
José A. Navarro
Experto en Marketing Agroindustrial
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